Manser Benlaidi , entrenador de fútbol 

UEFA PRO

Modelo de juego

 

Comenzamos el artículo haciendo referencia a unas declaraciones de José Mourinho en el periódico “The Telegraph”. Cuando le preguntaron sobre su modelo de juego, él respondió:¿modelo de qué? ¿modelo para jugar contra quién, cuándo, con qué jugadores? …lo siento, no puedo contestarte a esa pregunta, es demasiado compleja la respuesta.” “no me considero un fundamentalista en fútbol, no tengo unas ideas y muero con ellas, dichas ideas van cambiando, sobre todo, si no funcionan al llevarlas a cabo”.

Sin duda, uno de los vocablos más utilizados en el argot futbolero cuando se quiere hacer referencia a la forma de jugar de un equipo es modelo de juego.

 ¿Pero realmente se conoce su significado, cómo se crea y en base a qué? Una vez que está definido, ¿es cerrado o puede sufrir modificaciones a lo largo de la temporada? Todas estas interrogantes y algunas más, son las que intentaremos definir a lo largo de este artículo.

Muchas son las definiciones que podemos encontrar sobre modelo de juego. Nos quedamos con esta mencionada en apuntes de Víctor Frade: “es el conjunto de comportamientos idealizados por el entrenador que pretende que el equipo realice durante un encuentro, dentro de todas las dimensiones que el fútbol presenta, como son la táctica, técnica, física y psicológica. Es decir, se entiende el modelo de juego como una idea formada por principios, sub-principios y sub-principios de los sub-principios, representativos de las distintas fases del juego, articulándose entre sí, manifestando una identidad propia”.

¿CÓMO SE CREA?


 


Con dicha estructura como base, se determina: 

1. Cómo se va a actuar en los distintos momentos del juego, por lo tanto, se tendrá que tener en cuenta: 

  La organización ofensiva. Cómo se hará la salida de balón (en corto o en largo), cómo se va a progresar hacia la portería del oponente (juego directo,    ataque combinativo, ataque directo), …

 La transición ataque/defensa. Saber qué hacer al perder el balón en cuanto a presión y repliegue. 

La organización defensiva. Definir la altura del bloque, intensidad de la presión, cómo se realizarán las ayudas, …

La transición defensa/ataque. Qué hacer cuando se recupera el balón según la posición del campo, planificar las oleadas, …

Como se puede apreciar, se debe transmitir a los jugadores, qué hacer y cómo comportarse en estas cuatro fases del juego en base al modelo de juego que cada entrenador tenga idealizado en su cabeza. Es decir, el jugador debe conocer qué hacer cuando se esté atacando, de qué manera tendrá que replegar hacia la defensa, cómo defender posicionalmente y, por último, cómo conducir o participar en un contraataque. Esto se consigue a través del entrenamiento y para ello, se tienen que plantear de manera correcta las tareas de cada sesión.

2. Saber en qué situaciones se pueden llegar a producir dichos comportamientos. Quedando recogidas en cuatro momentos.

Superioridad/Igualdad/Inferioridad numérica.

 Acciones de estrategias, tanto a favor como en contra.

Siguiendo el gráfico de Xavier Tamarit, existen varios elementos que han de ser tenidos en cuenta para el diseño de un modelo de juego.

Capacidad de los jugadores e Ideas del entrenador

Las características de cada uno de los jugadores que componen la plantilla condicionan el diseño del modelo de juego. Además, el entrenador ha de encontrar la forma de transferir los conceptos a los jugadores para conseguir la máxima eficacia y eficiencia en su juego. Un equipo debe dominar todas las posibles situaciones que se den en un terreno de juego.

Para ello, es fundamental conocer las virtudes y carencias de los jugadores de la plantilla de manera individual, para saber si son compatibles con la idea del entrenador. Para conseguir esto, es útil crear una tabla de cualidades individuales, donde queden recogidos los máximos datos posibles en relación a los aspectos técnicos, tácticos, físicos y psicológicos. Este proceso se llama Profiling.

Del resultado de este análisis, el entrenador determinará el nivel de adaptación de los jugadores a su idea de juego, o la adaptación de sus ideas a las características de los jugadores.

No obstante, no todo depende de las ideas del entrenador, el propio juego lleva al equipo a situaciones no planificadas. Por eso, es importante tener la capacidad para poder y saber responder a todas esas situaciones que, por algún motivo, no han quedado reflejadas en el modelo de juego diseñado. 

Recordamos también que existen dos tipos de entrenadores ateniéndose al diseño del modelo de juego:

Entrenadores que tienen un modelo definido y a lo largo de la temporada intentan adaptar a sus jugadores a ese modelo.

Entrenadores que, aun teniendo su idea de modelo de juego, lo van adaptando a las características de sus jugadores.

A veces, elegir uno u otro, va a depender de factores externos como la identidad del club al que se pertenezca, objetivos que se marquen, etc. Cualquier forma de trabajo es válida siempre que se intente llevar a cabo en los entrenamientos y dé su resultado en el terreno de juego.

Estructura y objetivos del club

Según la organización del club y los objetivos que se persigan, se podrá estructurar el modelo de una forma u otra, dando prioridad a un estilo u otro, fichando un perfil de jugadores diferente, etc. No se construirá un modelo del mismo modo para optar a ganar la Champions League, que otro que lucha por no descender de categoría. 

Cultura futbolística del club y del país

Tanto la idiosincrasia del país y la competición, como la identidad del propio club afectan al modelo de juego. Existen diferencias considerables, por ejemplo, entre competir en una liga como la inglesa y otra como la española.  Consignas puntuales del partido.

Si llegamos a controlar esto, evitaremos en gran porcentaje el factor sorpresa y a la vez, se llegará a actuar de forma correcta ante situaciones inesperadas que se den en el partido.

3. Conocer la forma de situarse en el terreno de juego en base a la fase del juego y la posición del balón. 

Principios y subprincipios del juego

El modelo de juego siempre debe respetar los principios y subprincipios del juego.

SU EVOLUCIÓN DURANTE LA TEMPORADA

Una vez el modelo está definido de forma teórica, es hora de trasladarlo al terreno de juego. Es en ese momento cuando se tiene que ser consciente de que surgirán diferencias entre el modelo teórico y el modelo real. Su evolución dependerá de varios factores que surgen a lo largo de una temporada. 

Por lo tanto, el modelo de juego debe estar abierto a posibles cambios, tanto por factores individuales, como colectivos. Un modelo de juego nunca está acabado, siempre está en construcción, evolucionando con un registro que nunca tiene fin.

Dicha evolución irá íntimamente relacionada con la realidad competitiva. Esta es la que marcará si el modelo de juego que el entrenador quiere llevar a cabo en el terreno de juego con su equipo podrá tener éxito o no. Es la competición la que a través de los resultados, contrastará la eficacia del modelo de juego planteado por el entrenador. 

Por lo tanto, si no se debe tener cerrado, la forma para ir evolucionando el modelo de juego es a través del morfociclo patrón. Se define morfociclo patrón como la unidad mínima de planificación. Se tiene en cuenta lo ocurrido en el encuentro anterior, y por supuesto, el encuentro que se disputará dicha semana. Las consecuencias extraídas del análisis del equipo propio y del análisis del rival van moldeando el comportamiento del equipo para conseguir un rendimiento óptimo.

CONCLUSIÓN

A pesar de que se tengan en cuenta todos los aspectos citados por Xavier Tamarit para el diseño del modelo de juego, su traslación a la realidad es bastante más compleja. El entrenador deberá estar lo suficientemente capacitado como para adaptar el modelo de juego a las necesidades del equipo, ya sea modificándolo por completo o realizando ciertos ajustes. Para determinar dichos cambios, el análisis del rival y del equipo propio son fundamentales.